Curiosidades de la alimentación en el pasado
El hombre, genéricamente hablado, a lo largo de su historia ha podido renunciar o dejar de lado muchas cosas, importantes algunas intrascendentes la mayoría, lo único a lo cual no ha podido renunciar, ni lo podrá hacer, son dos cosas: a respirar y a comer; pero por la importancia de esta última de las funciones fisiológicas del ser humano, debemos hacer una cortísima relación de lo que conocemos de la historia de esta función. Debemos comenzar por la primera y gran indigestión conocida, la de nuestros Primeros Padres, Adán y Eva, ellos se comieron la fruta que no debían con las consecuencias por todos conocidas, no muy buenas por cierto.
Los glotones de la Edad Media Gargantúa y Pantagruel
Aquí nos saltamos una gran parte de la historia y nos asomamos a la Edad Media, no tocamos la época en que el hombre consumía los alimentos sin cocción alguna pero no nos olvidamos de dos famosos gigantes de una novela, que eran glotones a morir, y que el autor bautizó con los nombres de Gargantúa y Pantagruel. En esa época las comilonas servían, entre otras cosas, para invitar a un enemigo conocido, y en medio del jolgorio era envenenado, o muerto por cualquier otro medio, con el conocimiento de los demás invitados, ¡¡bonito modo de salir de un enemigo!!
La comida de la «Época Moderna»
A grandes brincos hemos llegado a la época moderna o contemporánea de la cual soy sobreviviente, acuden a mi memoria algunos recuerdos de la niñez y de la juventud que con respecto a la comida son placenteros. Corría el año 1939 y yo era apenas un niño, pero recuerdo que los domingos el almuerzo era donde mi abuela, a mi me gustaba mucho pues uno de los platos consistía en pollo, yo suspiraba por los muslos, del pollo claro está, y solo me daban un ala, eso sí, que como eran pollos o gallinas campesinos de mas de cinco libras de peso, el ala pesaba tanto como un muslo de los pollos actuales.
Hábitos culinarios del siglo pasado
En casa de mis padres los hábitos culinarios eran variados dentro de lo posible, había una empleada encargada de la cocina y ella disponía o planeaba parte de la “carta” del día; el arroz no podía faltar, ni al almuerzo ni a la comida, que se presentaba igual al almuerzo, con igual numero de platos. Esta costumbre ha venido variando hasta desaparecer casi por completo.
La Biscochería Colombiana
Pasó el tiempo y me volví un adolecente con las naturales ansias y deseos, ya salía solo o con los amigos a conocer la vida; conocimos una bizcochería de nombre Palace en donde hacían unos bizcochos deliciosos de varias clases, me acuerdo de unos llamados “marzos” y otros “milhojas”, pero los mejores eran los “negros”, que por ser hechos con lo que quedaba de la fabricación de los otros artículos de la industria costaban menos, apenas dos centavos, los otros costaban cinco o quince centavos, diferencia muy apreciable para un muchacho que vivía sin cinco en el bolsillo; eran los años cuarenta. Mas tarde apareció El Cirano, bizcochería de otro estilo que vino a reemplazar a nuestro inolvidable Palace. El nombre lo dice todo, conjugaba el gusto de la pastelería francesa, exquisita por tradición.
Nuevos productos alimenticios de la época
Pero tal vez, no estoy seguro, un poco antes apareció el “Cream Helado”; allí conocimos, si mal no recuerdo, las primeras “Hamburguesas” y unos helados distintos a los tradicionales, con una preparación diferente y muy del gusto de la juventud, esto también se efectuó en los años cuarenta. Fué un paso mas en el cambio de costumbres en nuestra alimentación, y no solo en este tema, si no en muchas otras cosas novedosas relacionadas con los hábitos de comer, como el servicio al carro, novedad que gustó mucho.
Los supermercados de la época
Devolvámonos un poquito en el tiempo para contar como funcionaban los “Supermercados” de la época. Había varias Plazas de Mercado en la ciudad, en parte cubiertas, con la novedad de que ciertos días de la semana llegaban del campo los campesinos (valga el pleonasmo) a ofrecer sus productos; ese día el mercado se desbordaba e invadía las calles aledañas, donde los campesinos ofrecían sus productos en el suelo, y a veces a menor valor para beneplácito de las amas de casa, que salían, canasto en mano, a hacer el mercado acompañadas de la muchacha del servicio; lógico que no era este un sistema muy cómodo de realizar las compras, pero no había mas, los supermercados aparecerían en el futuro.
Creo que el primer intento de supermercado fue el del Carulla, no recuerdo el año, tal vez el año 1940 o antes, que ya ofrecía distintas mercancías en un solo local y era un almacén casi de carácter exclusivista, situado cerca a la Avenida Chile sobre la carrera séptima.
Alimentación de ACPM
De un plumazo podemos decir que en esa época las costumbres de alimentación eran poco variadas, la base era la llamada por el vulgo A C P M (combustible diésel), por parodia de Arroz, Carne, Papas y Maduro. Se puede apreciar que las costumbres y los alimentos han variado mucho con el paso del tiempo, antes se hacían tres comidas diarias básicas, hoy se come a cualquier hora cualquier cosa, comidas que engordan pero con poco valor nutricional, lo que importa es el tiempo que se gaste o se economice en alimentarse.
De todos estos temas modernos les hablará mi querida nieta Gina, pues ella ha vivido la época actual que indudablemente tiene sus ventajas, a las cuales, para poder gozarlas, yo tendría que vivir otra vida. Ella tiene información completa puesto que su juventud la vivió en Colombia, y ahora vive en Alemania, luego conoce ampliamente alimentación, costumbres y lugares distintos a nuestro país.
Francisco Campuzano, Bogotá Abril de 2015
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