¿Fobia o gusto por ir al supermercado?

¿Fobia o gusto por ir al supermercado?

¿Quieres saber por qué es importante establecer como prioridad gozar ir al supermercado? o mejor dicho, ¿disfrutar encontrar lo que fortalece tu cuerpo? La respuesta es más interesante de lo que crees!!!

Disfrutar ir al supermercado (que en mi caso no se reduce a ir a un supermercado) ha sido todo un proceso. De acuerdo a la etapa de la vida y las prioridades del momento, se puede tener fobia o gusto por ir al supermercado. El problema es que ya no importa la etapa de la vida, la tendencia es que, cada vez estamos más desconectados de lo que consumimos y como lo consumimos.

La fobia o gusto por ir al supermercado se debe a las circunstancias

Recuerdo cuando era estudiante, el reto y la motivación en el supermercado era encontrar lo más económico y práctico, la bolsa de congelados procesados era la mejor opción. No había tiempo ni dinero!!! Tenía que estudiar, hacer vida social y por supuesto cualquier dinerillo que sobrara tenía que gastarse con amigos. Por eso y por otras razones, ir al supermercado no tenía mucho de agradable, era una tarea necesaria y había que salir del paso. La prioridad no era alimentarme bien ni descubrir los beneficios o daños que algo pudiese causar en el cuerpo

Desafortunadamente las prioridades que nos infunden nuestros padres y la sociedad raramente están ligadas a cuidar de nuestro cuerpo como si fuese un templo sagrado. Si!!! suena demasiado «religioso» pero no es algo exagerado. Cuidar nuestro cuerpo y mente debe ser nuestra prioridad número uno. Hay excepciones en las que compartir en sociedad se vuelve la elección y de pronto el alcohol o algo rico no beneficioso para el cuerpo, hace parte de nuestra salud mental. Pero!!! si se tiene clara la prioridad se llega a un equilibrio.

¿Por qué la prioridad debe ser nuestra salud?

Cuando nos sentimos bien con nosotros mismos podemos dar lo mejor al mundo y a nuestro entorno. Para nadie es un secreto que nuestra alimentación es lo que más está conectado con nuestro bienestar físico y mental. Nuestros ancestros solían estar más conectados con la tierra y su producción, por lo tanto el bienestar personal se asociaba directamente con el bienestar del entorno o los cultivos. Se trataba también de un esfuerzo personal: se invertía energía física para conseguir la energía del cuerpo por medio del alimento. Manteníamos los cultivos o procesabamos otros productos directamente y el cuerpo respondía a esa demanda manteniéndose en equilibrio.

Actualmente la desconexión y falta de esfuerzo por conseguir el alimento generan un desequilibrio físico y mental. Conseguimos activar la dopamina con un click incluso para alimentarnos. Mientras estamos atados a una pantalla alguien toca a la puerta con unos deliciosos snacks que nos generan una felicidad instantánea. Recompensa y dopamina doble por esfuerzo nulo. El cuerpo y la mente no funcionan en las proporciones correctas.

En esas circunstancias y ese ritmo, la salud deja de ser una prioridad. De esa forma tampoco solemos tener la capacidad para ofrecer lo mejor de nosotros ni al mundo (me refiero socialmente) ni a nuestro entorno. Obviamente eso es lo contrario a la sostenibilidad, tanto de nosotros, como del planeta mismo.

¿Son etapas de la vida? ó ¿Se trata de una nueva época?

Si, definitivamente un joven se preocupa menos por la salud que una persona adulta. Pero los adultos generalmente empiezan a poner atención a sus hábitos cuando se dan cuenta que algo está fallando. Se puede evitar llegar a malas consecuencias para encargarse de la salud propia con responsabilidad. En otras épocas debido a la ignorancia y a medios limitados de información, se asumía que una patología era una circunstancia de suerte. Ir al médico y descubrir lo que ocurría para modificarlo con un medicamento era la solución.

Estamos en una nueva época en la que es más fácil reconocer por nuestros propios medios qué es lo que falla en el cuerpo y como corregirlo. Podemos apropiarnos de nuestros hábitos para modificar patologías que pueden costarnos la vida. La era digital hay que usarla a nuestro favor para informarnos conscientemente y tomar medidas. La tecnología no debe ser para unicamente hacer click, activar dopamina por efecto de recompensa fácil y llegar al desequilibrio.

El esfuerzo no solo está en el trabajo físico de ir al supermercado correcto y encontrar los alimentos correctos, esta en filtrar la información, reconocer como habla nuestro cuerpo y no frustrarnos por contradicciones de datos que generalmente estamos ingiriendo.

Siéntete como lo que eres!!! un ser perfecto!!! un ser en un cuerpo que tolera la mayoría de los errores y tiene la capacidad de transformarse, de repararse y de crear nuevas células y obviamente de seguir aprendiendo.

¿Lo saludable es relativo?

Información va y viene. Lo que hoy es saludable mañana deja de serlo y visceversa. Afortunadamente muchos seres vivos funcionamos partiendo de prueba y error. Digo afortunadamente porque eso nos da la oportunidad de mejorar, de mantener la motivación y de fomentar una conexión social para aprender de otros. Esa es la oportunidad de progreso!!! Fallar para mejorar. Errar muchas veces cuesta incluso la vida, pero puede significar compensación en la vida de otro.

Lo saludable no es relativo. Quizás en épocas pasadas existían más creencias infundadas. Pero!!! incluso así siempre ha existido herencia de información entre generaciones que han prolongado la salud y la vida. Esas herencias siguen creciendo y se mantienen los aciertos no los errores. Por eso definitivamente existe un progreso que muestra conocimiento más que fundamentado para mantener la salud en muchos aspectos que prolongan la vida. Los beneficios del ejercicio o lo asesino que se puede volver el azúcar son algunos ejemplos.

Sin embargo!!! también se han descubierto otros aspectos en los que la influencia de variables individuales hace la diferencia, como por ejemplo es la genética. El efecto de patrones externos en nuestro cuerpo, puede depender de nuestra biología y estructura individual. Ojo, que en muchos casos solo se trata de la velocidad del efecto, porque como digo en el párrafo anterior ya hay mucho conocimiento fundamentado y ultraprobado que se sabe que prolonga o destruye el bienestar individual.

¿Cómo empecé a amar ir al supermercado?

Después de enfermar tratando de seguir una dieta en donde la prioridad no era la salud sino adelgazar, empecé a descubrir el mundo de la industria alimentaria. Buscando significados de ingredientes también empecé a descubrir los monstruos o empresas de aquellos que vendían esos «alimentos» de empaques y precios atractivos que estaban disponibles a cualquier hora del día. De lo que más causó shock en mi, fue Monsanto y Bayer. Haz click aquí para conocer más. Ya no era suficiente consumir muchas frutas y vegetales. Mejor dicho, nunca lo fue… pero yo no lo sabía.

Fue tanta la decepción que hice mi huerto urbano para aprender como cultivar mis alimentos. Obviamente eso no me daba todo lo que necesitaba para alimentare, entonces ir a encontrar mis alimentos se volvió un proceso con lupa. Era inevitable entender mi planeta para poder comprar lo que me alimentaba. Esa disponibilidad a ciegas tiene un costo en nuestra salud.

En general aprendí a no frustrarme, aunque en muchas ocasiones pudiese caer en errores comprando algo que pensaba pero no era saludable. Se volvió todo un proceso de aprendizaje!!! Y por supuesto empecé a tener ojos comparativos en cada supermercado y en cada tienda. Cada supermercado compensa economía de algunos productos con otras cosas, por eso es imposible comprarlo todo semanalmente en el mismo sitio.

Actualmente voy aproximadamente a 5 tiendas por semana. Eso suena loco para cualquier persona con la agenda llena o con otras prioridades. Eso es algo en lo que la crisis del corona, ha significado en mi caso una ventaja. Ya no salgo cada día para llegar a la oficina, sino que ese tiempo lo uso para ir a encontrar lo que más me alimente y genere menos impacto medio ambiental.

Se convierte en una salida de esparcimiento y sigo descubriendo nuevos productos. Si, hay muchos alimentos que reconozco y sé exactamente a lo que voy en cada tipo de tienda, pero también le doy la oportunidad a nuevos pequeños negocios que quieren ser conocidos y ofrecen calidad. Esa calidad que a los monopolios no les interesa ofrecer. Cuando los monopolios ofrecen calidad para el consumidor, lo más probable es que estén destruyendo algo más pero no su bolsillo.

El supermercado es una mentira

La información y datos que tenemos que digerir todos los días, descubriendo contradicciones permanentemente son una parte que influye en nuestra alimentación y en lo que decidimos comprar en el supermercado. Pero, aparte de eso nadie nos educa para esquivar los engaños del capitalismo extremo y su marketing lleno de mentiras. Los capitalistas de monopolios conocen las reacciones compulsivas de los humanos y saben como manejar eso a su favor. Hay que esquivar esos engaños que cuestan nuestra salud y se debe invertir tiempo en educarnos para reconocer lo que nos metemos a la boca. El precio y los colores de un empaque no es lo único que comunica lo que significa un producto. Te invito a leer mi blog sobre el marketing emocional, click aquí.

Desafortunadamente no existe una materia en el colegio que nos enseñe a ser consumidores conscientes y distinguir alimentos full de pesticidas, aditivos, azúcares, metales pesados entre muchos otros componentes que marcan una gran diferencia tanto para nuestro cuerpo como para el planeta. Los supermercados de cadena tradicionales son un rio de mentiras o verdades disfrazadas. Sin embargo, eso no significa que no existan alimentos de calidad con precios decentes. Ahí está el esfuerzo, en encontrarlos y quizás en invertir algo más de tiempo para sentir la satisfacción de que estamos consumiendo lo correcto.

Era digital, pedir online

Nuestra prioridad se vuelve activar la dopamina. Ya estamos acostumbrados a producir tanto que los niveles normales no alcanzan. Vivimos en un mundo en el que buscamos recompensa por todo, incluso en cosas en las que no nos esforzamos, como por ejemplo ver las redes sociales. Esas recompensas instantáneas generan mucha dopamina y las actividades normales ya no pueden competir contra eso. Ir al supermercado es una de esas actividades normales que «da risa» decir que puede activar la dopamina. Mejor se accede a una plataforma online y se pide rápidamente lo que haya que comer en la semana. ¿Tendrá sentido eso cuando la prioridad es mantener la salud?

Generalmente también causa un efecto mediambiental negativo, por aquello de que no van a hacer tu pedido en bolsas reusables, tampoco es muy probable que todo un mercado te lo hagan llegar en transporte de bicicleta. Obviamente nadie va a escoger los mejores vegetales por ti, ni se va a fijar en cosas que solo tu puedes descubrir. Además esa energía que gastaste en un computador pudo ser ahorrada actuando por ti mismo, energía que si la gastas físicamente, tu cuerpo te lo agradecerá. Recuerda que tus ojos no tienen el mismo desgaste mirando siempre a una pantalla, que variando distancias y realmente visualizando otras dimensiones.

Si, obviamente no todo es negativo quizas de vez en cuando te pueda salvar la vida hacer un pedido online de conservados en frascos, aceites o granos… o hacer pedidos a domicilio en tiendas pequeñas en las que precisamente la sostenibilidad es el foco.

Modificar prioridades

Si estás dispuesto a evaluar de nuevo tus prioridades, seguro encontrarás el tiempo para salir a conseguir tus alimentos conscientemente y realmente disfrutar de la tarea.

Una de los procesos que más me costó valorar fue el de disfrutar cocinar. Pensar que un hermoso plato se deshace después de 10 minutos me quitaba la motivación. Lo he superado dándome el tiempo de crear mi salud, observar y comer despacio. Te invito a leer mi Blog de Mindful Eating click aquí.

Algo similar puede suceder en el supermercado cuando se asume que es para comprar y ya. No se asume como un proceso para disfrutar!!! Obviamente hay otros factores externos que influyen. Si tu esposo o esposa hacen mala cara cuando cocinas o no aportan con determinadas trabajos en equipo, tu motivación puede decaer. Pero esos también son temas que hay que evaluar e intentar corregir en equipo o quizás analizar a fondo si son circunstancias que están en un nivel mucho más complejo.

Esos factores también definen la calidad de vida, la calidad de las actividades cotidianas que vale la pena hacer bien. Cuéntame abajo cómo es tu experiencia! ¿Ya estás un paso adelante y no te molesta ir al supermercado? ¿Estás dispuesta o dispuesto a reprogramar tus prioridades y tu mente si tienes fobia de ir al supermercado? Amaría leerte!!!

Saludos Nale!

Esta entrada tiene 2 comentarios

  1. María Teresa Ortiz

    Tendré en cuenta y voy a valorar el tiempo que necesito, para adquirir buenos productos, por mi salud y por el planeta.

    1. Nale

      Querida Maria Teresa, gracias por tu comentario. Lo típico es que se demerita mucho el valor de lo que cada uno hace y creéme que tu comportamiento influye mucho no solo en tu longevidad, también en la longevidad del planeta. Un abrazo fuerte!!!

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