La prioridad en países pobres

Aunque no se le da la importancia debida, el cambio climático es un tema que «está de moda» y por supuesto no podría faltar en mis cursos de Alemán. Cuando se aprende una nueva lengua, los cursos son una buena alternativa para aprender cultura general, se practica hablando sobre temas interesantes y se aprende aún más cuando los compañeros son internacionales. Me causó mucha curiosidad la respuesta de un alumno pakistaní cuando la profesora preguntó cuál era el aporte de su país a la preservación del medio ambiente. En medio de ser una respuesta relativamente obvia, causó sorpresa y algo de tristeza su respuesta: “Nosotros tenemos demasiados problemas, asi que en realidad el último tema en el que pensamos es en una concientización medioambiental, no conozco en realidad un aporte significativo de mi país”. Wow!!! ¿Qué quiere decir eso? No pude evitar empezar a divagar al respecto. Por ejemplo: ¿Qué tan significativo puede ser el impacto ambiental cuando una población como Pakistan aporta poco o nada al cuidado del medio ambiente? o peor aún, no aporta y si produce impactos negativos?

Siendo positivos, quizá es relativamente poco y se podría controlar; claro si se estuviera hablando unicamente de Pakistan. El triste problema es que la mayoría de países viven situaciones similares en las que la gente no cuida su medio, en vez de eso deben cuidar de si mismos a como de lugar, porque ante las condiciones tan adversas que ofrecen sus gobiernos, en lo único que pueden pensar es en sobrevivir, usando lo que esté disponible para ese fin.

Sobrevivir a como de lugar

“Sobrevivir a como de lugar” significa que la educación también pasa a segundo o quizás último plano. El entorno actualmente manipulado por pocos ofrece formas peligrosas para mantenerse. Entre menos educación y menos conocimiento, cualquier población simplemente usa lo que parecen recursos para saciar y tratar de habitar en condiciones algo mejores. No importa de donde vienen esos recursos ni para donde van.

Un ejemplo claro son las poblaciones más vulnerables. Lo primero que busca un ser humano es comer, no importa de donde venga el alimento y si el hambre está saciada, el hombre puede dar el siguiente paso, que es buscar donde vivir, o en terminos coloquiales en “donde meter la cabeza” para protegerse de la mismísima naturaleza. En medio de adversidades naturales, enfrentamientos y guerras, los seres humanos se reproducen, buscan su alimento y en donde habitar. Ese es todo el ciclo en el que se mantienen hasta morir; obviamente existen otras variables con las que algunos logran convivir en comunidad. Todo conjunto se puede interpretar como aprendizaje basado en experiencias con el entorno. Desafortunadamente ese aprendizaje no es suficiente para mantener el ecosistema, esas no son culturas ancestrales que viven en conexión y respeto con la naturaleza, precisamente porque es gente manipulada por otros pocos con sed de saciar egos individuales y poder.

¿Y qué pasa con los que si han tenido acceso a la educación?

Eso hablando de poblaciones vulnerables, pero ¿qué sucede con el aporte de los que no son tan vulnerables? Un ejemplo de los no tan vulnerables es la clase media. Muchas advertencias con respecto al cambio climático, pero en realidad a pocos les interesa colaborar con un granito de arena. Vuelvo nuevamente al tema de la basura, ¿cuántos piensan en lo que consumen y en clasificar la basura que producen en el día a día? Eso no existe como un hábito, porque la población de clase media tampoco tiene educación al respecto, aunque existan pocas alternativas de clasificación ofrecidas por el gobierno, esas tampoco se usan de forma significativa.

Interés de adecuar nuestro aporte a las circunstancias

Por otra parte, me causa gran curiosidad como en redes sociales de colombianos, replican y replican que se debe ser consciente y en vez de ir en transporte público al trabajo, podríamos ir en bicicleta y copiar modelos como los de París o Amsterdam. Somos expertos en criticar, pero en un país como Colombia y su capital, salir en una bicicleta es muchas veces un riesgo de muerte, sin exagerar. Se ven atracos agresivos día a día y la gente no piensa tanto en el tiempo para llegar a trabajar, como en huir de aquellos que se vean un poco sospechosos. Esto sucede porque el gobierno manipula y no ofrece la educación como derecho fundamental, entonces existen unos cuantos que por “mal educados” creen que matar es una alternativa para sobrevivir. Quienes gobiernan y tienen el poder deben invertir en la educación de la población, esa es la llave para conservar el planeta. Lo triste es que les estoy contando que el agua moja. Muchos conocen la llave y como usarla, simplemente no interesa lo suficiente; también porque es más importante alabar diferentes tipos de Dioses, y mientras eso sucede, efectivamente esa fé moverá montañas pero por catastrofes naturales que causa la negligencia del hombre.

El ego en evolución

Tratados y aportes de energía renovable y métodos auto-sostenibles de grandes potencias, significan ayuda para controlar el cambio climático, pero más ayuda sería que en realidad esas potencias, y los que tienen sed de poder, fueran lo suficientemente “educados” para evitar a toda costa impactos medioambientales. ¿Qué hay de todos los servicios y productos que ofrecen a cuestas de destrucción? ¿Acaso la población conoce suficiente al respecto para evitar su consumo? ¿Qué sucede con tecnologías que intentan prescindir de la fuerza del hombre? ¿Hasta donde ha llegado el concepto de “comfort”? Consumo inecesario, ejemplos que no generan tanto impacto con respecto a otros pero igual lo generan, como persianas eléctricas o futuros robots para sacar la basura. La tecnología alimentando egos, se paga gimnasio pero no se abre una persiana ni se saca la basura. ¿Cómo hacer a las poblaciones vulnerables, a las no tan vulnerables y a las “poderosas” conscientes del impacto negativo que generan? Sin lugar a dudas mantener sin educación a la población es el mayor impacto que afecta negativamente la sostenibilidad del planeta.

Nale Campuzano, Alemania Abril 22. 2015.

Autor de la foto de este Blog: Photo by Tima Miroshnichenko from Pexels